Cada fruta que llega a las manos del consumidor final ha recorrido un camino lleno de cuidado, esfuerzo y compromiso. Nuestra cadena de valor es un proceso integral donde cada etapa garantiza frescura, seguridad y calidad.
Todo comienza con la llegada de la fruta importada desde los mejores orígenes del mundo. Recibimos la mercancía bajo estrictos protocolos, asegurando que cada pieza conserve sus propiedades naturales y frescura.
Antes de entrar al proceso de distribución, cada lote pasa por un exhaustivo control visual, táctil y técnico. Revisamos textura, color, temperatura y otros parámetros que garantizan la excelencia del producto.
La fruta es almacenada en cámaras de frío que conservan su frescura sin alterar su sabor ni nutrientes. Monitoreamos constantemente las condiciones para preservar su calidad óptima.
Experiencia de nuestros equipos: nuestro personal selecciona y empaca cuidadosamente la fruta según las necesidades de cada supermercado. ¡Cada bolsa o bandeja está hecha con amor y precisión!
Con transporte especializado en frio, llevamos la fruta a los diferentes puntos del país. Nuestros aliados logísticos aseguran entregas puntuales y en perfecto estado.
Nos aseguramos de que cada producto tenga una presencia atractiva, organizada y limpia en los supermercados. Nuestro equipo de apoyo en el punto de venta trabaja en conjunto para asegurar una experiencia visual impecable.
Finalmente, la fruta llega a su destino: las manos de familias que buscan alimentarse mejor. En ese momento, todo el trabajo cobra sentido.